Biosofía 2

¿De qué modo se podrá continuar (¡sí, continuar!) construyendo el Tiempo de las Multitudes?.

No será, evidentemente, a través de la desvirtuación y degradación de la Sabiduría Esotérica o a través del énfasis en la parcialidad “inmediatista”, en lo superfluo, en el sensacionalismo o en la banal curiosidad, porque eso solamente puede conducir a la irrealidad y a la inconsistencia, Ese es el lamentable camino ofrecido por grandes y poderosas editoras que, pudiendo invertir y queriendo ganar raudales de dinero, producen salvajemente toneladas de libros a peso, sin alma, sin coherencia; sin propósito justo alguno, sin sentido alguno de comprensión global de la Vida, del Universo y del Hombre. Lo que de ahí resulta, lamentablemente, es el consumismo incesante y desprovisto de criterio por parte de un número de lectores significativo (lo que es verdad), pero que compran y leen un libro de la misma forma como verían una película de aventuras o comerían un paquete de patatas fritas.

De ese tipo de lectura y de interés nada serio o duradero queda, ninguna predisposición para una vivencia real de la espiritualidad y para un servicio continuo y constructivo se llega a generar. Lo que sobra es la inconsistencia, la banalidad, el desinterés y la absoluta destrucción impeditiva de cualquier trabajo amplio, global y coherente (aquello que verdaderamente se pretende en el “Tiempo de las multitudes” que os proponemos). Peor todavía; aquellas editoras movidas exclusiva o principalmente por motivaciones de lucro, asentadas en fuertes poderes económicos y en un marketing agresivo, tiranizan el mercado, sofocando y destruyendo la posibilidad de que la literatura realmente seria `pueda llegar a tener un espacio digno y visible. Tenemos entonces, el tiempo de los millones, pero de los millones de dólares que aquellos editores ganan…

Tampoco, seguramente se llegará a los objetivos pretendidos a través de un sectarismo miope (desgraciadamente tan generalizado), a través de los pequeños círculos pseudoelitistas que se encierran en un pesimismo enfermizo y decadente o en una infinita inacción a través de los secretismos anacrónicos y ridículos alrededor de misterios aún más patéticos e inútiles. La Enseñanza Sagrada tiene que suponer inspiración, luz y vida, o si no su presentación (nunca, claro, su esencia) pura y simplemente muere.

La vía a seguir corresponde a lo que podíamos considerar un “noble camino de en medio”: a la de la presentación seria de una ciencia integral de vida, en todas sus expresiones, abarcando tanto los dominios de la más elevada abstracción o de la más elaborada comprensión teórica de las leyes regentes del Universo, como la formulación de respuestas para los más diversos y concretos problemas de la existencia cotidiana y del hombre contemporáneo, incluyendo la clasificación de las reglas de conducta y de las necesidades de transformación que propiciarán el verdadero y real equilibrio, el verdadero y real progreso, la verdadera y real felicidad (a nivel individual y colectivo). Tal presentación debe de revestirse, siempre que sea posible –hasta el límite de lo posible- de un lenguaje inspirador y envolvente, desnudo de todo tecnicismo o presunción inútil, simple pero correcto (como tantas veces se ha dicho).

 Es esta Biosofía la que puede restaurar la seriedad, el prestigio y el universalismo del llamado esoterismo y, al mismo tiempo, congregar conscientemente “multitudes para invocar y canalizar la Luz, a impulsar la marcha del planeta, a protagonizar un papel activo en la evolución, a formar una poderosa fuerza magnética precipitadora de los arquetipos y de las realidades preexistentes en los planos superiores”(1). Los primeros y formidables pasos ya han sido dados; os invito a todos a dar vuestra contribución para el desarrollo de esa luminosa estela.

(1) Cita de “Las Nuevas Escrituras, Vol. III –El Templo de las Multitudes” (Centro Lusitano de Unificación Cultural, Lisboa, octubre de 1992).